El vino de uva furmint húngara que viene de Austria.

Los vinos elaborados con la uva furmint son muy interesantes con respecto a otros vinos. La uva furmint es una variedad reconocida de la zona de Hungría, habiendo documentos de hasta hace más de 400 años hablando de ella. Aunque no es la única zona europea dónde se cultiva, en cada zona tiene un nombre diferente. ¿Qué sabemos del vino furmint de la firma Michael Wenzel?

Michael Wenzel es un viticultor con viñedos situados cerca de la frontera verde de Hungría, justo al lado de la zona este de un lago llamado Neusiedl. Para ser concretos, en la región de Burgenland, que es un lugar conocido por ser tierra de cultivo para vinos. La característica de esta zona a nivel climático está causada por las frías corrientes que descienden de las montañas Leithe, junto a la regulación natural que causa el propio lago.

La zona que habitan los viñedos de Michael Wenzel disfruta de dos tipos de suelo diferentes. En la zona norte de los viñedos, con más presencia de caliza es perfecto para los vinos tintos. Mientras que las parcelas de viñedo en la parte sur, gracias a su alto contenido en cuarzo la hace ideal para variedades de vino blanco, finos y con mucha mineralidad. Es en esta zona sur dónde Michael Wenzel cultiva la uva furmint, que es la que nos ofrece los maravillosos vinos de los que vamos a hablar hoy.

Una uva tradicional y tardía que puede convertirse en vinos de secos a dulces.

La uva furmint tiene una gran tradición en la zona, dónde es muy querida. Y está siendo un gran redescubrimiento para los amantes del vino. Es una de las uvas blancas húngaras más plantadas dentro de la región vitícola de Tokaj-Hegyalja. Esta uva es de maduración tardía y según la época la que se cultiva se pueden conseguir diferentes tipos de vino. Los más habituales son vinos blancos monovarietales y secos.

Michael Wenzel se caracteriza por realizar vinos de producción natural, los llamados vinos naturales. Él mismo forma parte de una larga estirpe de viticultores siendo la doceava generación, puesto que se remonta hasta 1647.

Cada botella de vino está viva y elaborada cuidadosamente desde la cosecha manual durante todo el proceso de la elaboración hasta el embotellado del vino. No se añaden fermentos ni se elimina nada de la propia uva, dejando que año tras año es la fermentación fluye y se produzca de manera natural, consiguiendo diferentes resultados cada año. El factor humano es tan importante en un vino natural como cualquier otro factor dentro de su cultivo, ya que son vinos que, como hemos dicho, se consideran vivos. En palabras del propio Wenzel, “Los vinos naturales son aquellos que se pueden describir como un zumo de uva fermentado, totalmente puro y sin adulterar.”

Procesos antiguos recuperados para experimentar y retornar a las raíces.

Como hemos comentado anteriormente, los viñedos se dedican de manera exclusiva a producir diferentes tipos de vino natural. Puede parecer que lo de “vino natural” es un término puesto de moda por la búsqueda constante de la sostenibilidad que preocupar ahora tanto a la sociedad. Sin embargo, en estos viñedos están llevando esa denominación a un nuevo nivel desde hace más de diez años.

No solo eliminado insecticidas y levaduras químicas. Si no que también ha permitido un crecimiento más “salvaje” de sus viñedos. Las viñas están sujetas con palos de madera y lazos hechos de caña que se pueden degradar de manera natural. De esta manera, ha eliminado el metal de sus viñedos. Esto permite un crecimiento más “salvaje” y natural, con mayor vitalidad. También ha eliminado la mayor parte de las grandes máquinas que se suelen ver en los viñedos, haciéndose todo el proceso a mano. Gracias a estos cambios ha conseguido vinos con sabor más profundo, sin perder ni un ápice de su intensidad. Además, se puede disfrutar de la uva más madura sin perder la acidez.

Pero, ¿cómo llegó esta uva húngara a las tierras austríacas de Michael Wenzel?

Desde hace más de tres décadas, Michelle Wenzel ha tenido un profundo interés por este tipo de uva. Incluso viajando a sus tierras de origen y aprendiendo húngaro. Aunque ahora vuelve a ser una especie querida, durante el siglo 20 casi desapareció. Su padre y su abuelo fueros quienes se encargaron primero de traer la uva furmint a los viñedos de la familia, en 1984. Desde entonces, se han dedicado a cultivar la uva investigando y experimentando con ella. Ya sea con la recogida temprana que da como resultado vinos más secos cómo conseguir recogida tardía que ofrece delicados vinos de tonalidad dulce, en esta bodega han pasado por todas las opciones que ofrece esta variedad de uva. Diferentes tipos de barrica, de fermentación o de tiempos con los que explotar todo su potencial.

A día de hoy Michel Wenzel ofrece cuatro tipos diferentes de vino furmint. Desde nuestra tienda Blanco Tinto podrás comprar todos ellos.

Michael Wenzel Furmint Reserve 2016.

Este vino tiene un nivel de alcohol del 12,5%. 2016 fue un año difícil durante la temporada de crecimiento de los viñedos. Aunque eso nos ha ofrecido una muy buena cosecha, fue menor que otros años, lo que nos lleva a una limitada colección de 800 botellas. Como resultado puedes disfrutar de este vino seco criado en barrica vieja durante 18 meses.

Michael Wenzel Furmint Aus Dem Quartz 2019

Coge el nombre de la alta cantidad de cuarzo en las tierras donde se cultiva. De un pálido color dorado, tiene tonos a manzana y limón. La cosecha de este vino se realizó durante 4 días la segunda semana de septiembre. Tras prensar la uva ligeramente, sin eliminar nada de la piel se dejó reposar en frío durante 48 horas antes de seguir con el proceso de fermentación.

Gracias a ello, tiene un cuerpo medio a denso y una refrescante acidez que deja un agradable sabor en la boca.

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