La bodega de Mas Martinet, fundada en 1981, sigue más viva que nunca ofreciéndote un interesante “vi brisat”.
Hace 40 años, nació una nueva bodega en las tierras de Tarragona llamada Mas Martinet. Un proyecto familiar espoleado por la tradición y el conocimiento del método para hacer vinos. Un proyecto que, cuarenta años después, es un reflejo de sostenibilidad y humanidad. Y también de innovación mezclada con tradición, como puede ser su vino brisado, más conocido en la zona como vi brisat u orange wine por los más modernos.
A día de hoy, es una bodega formada por varias parcelas que están repartidas en diferentes zonas y fincas. Las puedes encontrar en el Mas d’en Martinet (que le da nombre a la bodega), Mas Seró, Els Escurçons y algunos terrenos en el camino viejo entre Torroja y Gratallops, en el camino hacia Pesseroles, en la zona de la Serra Alta y otra más directamente en la Torroja.
Lo interesante de tener las parcelas repartidas en diferentes zonas con sus particulares características, es que cada tipo de uva que cultivan absorbe todas las ventajas de la tierra que la ve crecer. Por ejemplo, la finca del Mas d’en Martinet tiene un típico suelo de licorella. Mientras que la característica más interesante de la Serra Alta es su altitud de 400 metros, pero no más alta que la finca dels Escurçons, de 601 metros. O las frías y profundas tierras de las fincas situadas en Torroja.
El “vi brisat” que viene por el camino de Pesseroles.
Las botellas de las que vamos a hablar hoy, aunque no son las únicas de las que puedes disfrutar de esta bodega, son las llamadas “Pesseroles Brisat”.
El vi brisat, vino brisado u “orange wine” como es más fácil encontrarlo a nivel internacional, está recuperando un reconocimiento que hasta el momento sólo había pertenecido a los tintos y los blancos. Pero eso no hace que sea nuevo ni muchos menos, ya que la tradición del vi brisat en la costa mediterránea tiene su propio recorrido como indica su propio nombre.
Esta interesante variedad de vino se elabora con uva blanca, pero se trata como al vino tinto. De hecho, de ahí proviene el llamarle “brisat o brisado”, puesto que una de las formas de llamar a la parte sólida del grano (principalmente la piel) en esta zona en particular es “brisa”.
En el caso de las botellas de la bodega de Mas Martinet, se utilizan tres variedades de uva: el Picapoll blanco, la Garnatxa blanca y el Pedro Jimenez (también conocida como Pedro Ximénez o simplemente PX). Son variedades tradicionales de la zona y que llevan casi veinte años plantadas en el camino de Pesseroles. El suelo de estas parcelas se caracteriza por una presencia mayor de arcillas en el subsuelo. Que se traduce en un vino de una gran estructura.
Al contrario que los aromas que podemos encontrar en los blancos, normalmente más afrutados, este vino blanco tratado como tinto se caracteriza por aromas anclados a la tierra. Aromas de frutas maduras, hierbas y plantas típicamente relacionadas con la montaña.
La búsqueda de la no intervención ha puesto en el punto de mira a estos tradicionales vinos.
La necesidad de utilizar métodos más sostenibles que eviten causar un daño mayor al ecosistema es lo que ha llevado esta antigua técnica a ser de interés para todos los amantes del vino.
Al contrario que otros vinos elaborados con uva blanca, que pasan por varios procesos para conseguir esa pureza que les caracteriza, el vino brisat va en dirección contraria. En vez de eliminar los componentes sólidos tras el prensado de la uva para realizar la fermentación, se realiza dicha fermentación con junto con las pieles y las semillas de la uva. Estas oscurecerán el mosto a un tono que puede ir desde el dorado anaranjado hasta un potente ámbar. Según los días de fermentación y de la maceración previa de la uva.
Aunque el vi brisat es una tradición conocida en la zona del mediterráneo, podemos ir mucho más atrás en el tiempo para encontrar el origen del proceso, haciendo un viaje hasta la vieja Georgia, donde se pueden encontrar vestigios vitícolas de miles de años de antigüedad.
Cada vez hay más bodegas que se unen a realizar este tipo de proceso, consiguiendo novedosas botellas y el redescubrimiento de antiguos sabores.
En el caso del “Pesseroles Brisat”, es la recuperación del vi brisat por parte de la Bodega Mas Martinet y Sara Pérez, que lleva la bodega familiar desde hace más de una década. Ya que recupera un proceso tradicional, es considerado un vino artesanal, con una fermentación lenta en frío y una maceración junto a la piel que dura 3 meses. Para luego pasar una buena temporada en jarras de cerámica vidriada.
Ocho años de investigación para dar con la clave y la calidad del vi brisat “Pesseroles Brisat”.
Para cuando se comenzaron a realizar pruebas para conseguir un vino blanco brisado, los vinos tintos de la bodega Mas Martinet ya cosechaban la fama de su alta calidad. Entonces, los nuevos vinos no podían ser menos. Por eso se investigó y experimentó durante ocho años, para conseguir una calidad que estuviera a la altura de la fama ya conocida.
El resultado ha sido un potente vino con notas de oxidación características de los vinos blancos envejecidos del mediterráneo.
La primera comercialización del “Pesseroles Brisat” se realizó en 2016. Ya estaba listo el homenaje al tradicional estilo brisado reconocido en Cataluña. Después de la cosecha de las tres variedades (el picapoll, la garnatxa blanca y el Pedro Ximénez) en cantidades similares, se realiza una elaboración conjunta. En este caso, la fermentación con las pieles duró un mes y medio, junto a su respectivo reposo de tres meses. La crianza en las mencionadas jarras vidriadas duraría otros 16 meses.
Aunque se elaboraron poco más de 400 botellas, todavía puedes encontrar botellas de esta añada en nuestra tienda.
Pero toda la investigación no se quedó sólo en una añada.
También en 2017 se realizó una nueva remesa de este vino, aunque todavía más pequeña, de tan solo 358 botellas. Se siguió el mismo proceso que el año anterior, con su fermentación, su reposo y su crianza. Y, al igual que el año anterior, se consiguió un maravilloso producto final de color ambarino.
Y, al igual que este tradicional proceso está cosechando ahora el interés de los interesados por el vino, este vino se encuentra nombrado en la “Guia de vins de Catalunya 2021”.
Aunque todavía quedan algunas botellas en stock, ya son las últimas que se pueden disfrutar del año 2017.
El año siguiente, el último año que podrás descubrir en nuestra tienda, fue el más productivo de todos. Y aun así estamos hablando de menos de mil botellas, 796 para ser exactos. Siguiendo ya el proceso que había cosechado éxito, con su cosecha de las tres variedades, la elaboración conjunta, la fermentación con pieles de mes y medio, el reposo de tres y su crianza de dieciséis meses. Aunque fue una añada más prolífica que en años anteriores, tampoco quedan muchas botellas en nuestra tienda.
Y, todas ellas, caracterizándose por un diseño de botella translúcido que deja ver el color ambarino del vino en todo su esplendor.
Si estás buscando el sabor tradicional del mediterráneo, anímate a probar el vi brisat de esta especial bodega catalana que ha optado por la tradición como innovación.